Representar al país en el deporte que sea es el sueño de cualquier deportista. Esa chance buscó desde siempre el arquero Mauro Puzzella, y después de varios intentos fallidos por retirarse de la actividad, siempre volvió buscando eso. Lo logró con la convocatoria del técnico José Luis Páez y no la desaprovechó: fue una de las piezas fundamentales para sostener el sueño y poder consagrarse en el Campeonato Sudamericano de deportes sobre ruedas, en este caso en la disciplina de hockey sobre patines.
La apasionante final del domingo por la noche en el Cantoni la tiene grabada en sus retinas. Dice que le duele el cuerpo por la exigencia de las dos duras semanas de actividad. Pero nada le importa. Mauro Puzzella puede contarle a sus hijos Angela y Giulio que ya logró lo que era su materia pendiente: ser el arquero de la Selección argentina y consagrarse campeón sudamericano, ni más ni menos: «Estoy feliz. Todos estamos felices porque teníamos mucha ilusión de poder ganar el campeonato. Sabíamos que Chile nos iba a complicar pero siempre confiamos en que el título era nuestro, nunca se nos pasó por la cabeza que se nos podía escapar», expresó el arquero que en agosto cumplirá sus 39 años. En los penales el rol de Mauro con el aporte del «Bebo» José Alvarez Pinheiro, el otro arquero de la selección, jugó un papel extra por el estudio que habían hecho de los jugadores chilenos y que sirvió para acertar en los penales atajados.
«Fuimos merecedores del título porque podríamos haberlo ganado antes, hicimos mérito pero quedó esa bocha picando en el área y nos empataron», comenta analizando la enorme victoria que fue dedicada a su mujer Andrea y a toda la familia que lo alentó desde la tribuna. Puzzella destaca la calidez humana del equipo y la fortaleza moral que tuvieron para encarar la definición con frialdad: «Es un equipo que se amalgamó muy bien, venimos trabajando hace mucho en este proceso y hemos logrado conformar un equipo muy humano. Eso suma muchísimo porque en el momento que nos empataron, fue un golpe moral muy grande pero teníamos confianza de hacer bien las cosas».
Para mantener la cabeza fría en la definición con una definición ´caliente´ y un estadio que explotaba con el fervor de los hinchas, Puzzella destaca las clases de meditación que realizaron toda la semana ya casi de madrugada y que estaban a cargo del médico de la Selección Mariano Luna: «Nos tocó jugar tarde todos los partidos, entonces cenábamos y después esa meditación nos ayudó mucho para relajar, bajar la adrenalina y el estrés por los partidos. Era muy importante descansar bien sabiendo que la mayoría de nosotros venía de jugar el Sudamericano de clubes. Todos esos detalles como la meditación o el trabajo del kinesiólogo Marcelo Rojas y las estrategías del técnico siempre corrigiendo cada detalles, fueron clave para coronarnos», manifestó.
LA SELECCIÓN, MATERIA CUMPLIDA
Mauro Puzzella, que hoy se desempeña como martillero público en una reconocida empresa inmobiliaria, comenzó en el hockey con apenas 5 años cuando jugaba en el desaparecido Club Banco San Juan. Desde ese entonces y como todo niño, soñó con vestir la camiseta de la Selección nacional. Con una ardua trayectoria en el hockey sanjuanino en clubes como la UVT -donde debutó en Primera-, pero también en clubes como Social San Juan, Concepción y Médano de Oro, jugó ocho años en el hockey italiano, siempre haciendo lo que le apasionaba y siempre con la mira puesta en alguna convocatoria para la Selección. Incluso muchas veces desestimó convocatorias para la Selección italiana. «Yo quería que sea vistiendo los colores de mi país pero nunca se daba», cuenta.
«Pensé que esa oportunidad nunca iba a llegar. Si decidí seguir jugando era para tratar de estar en la Selección, creo que me encuentra sobre el final de la carrera»
Por distintas razones, se retiró varias veces de la actividad pero siempre volvió con la motivación que «ese» llamado llegara y finalmente llegó. «Pensé que esa oportunidad nunca iba a llegar. Si decidí seguir jugando era para tratar de estar en la Selección, creo que me encuentra sobre el final de la carrera, más experimentado, más maduro y más consciente de lo que se juega. Lo disfruté de una manera muy especial y anoche cuando nos despedimos del cuerpo técnico, les agradecí a todos por haberme dado la oportunidad de vestir estos colores con todo lo que representa, fue un sueño cumplido», expresó.
Ver el Cantoni colmado alentando a Argentina es algo que el arquero no podrá olvidar. «Fue una noche única. Este era un sueño», manifiesta. Pero ¿qué vendrá de ahora en más? El arquero pone los pies en la tierra, sabe que integrar la Selección de cara a los World Skate Games será difícil sabiendo que el nivel de los argentinos que están en el hockey europeo llegarán con una luz de ventaja. «Ellos están por encima del nivel que podemos tener pero uno siempre sueña con la convocatoria. Si me tocara estar ese sería otro sueño cumplido, ahí sí ya me podría retirar pleno, satisfecho que di todo por mi país«, expresa.
EL RETIRO Y SU OTRA PASIÓN: LAS ARTES MARCIALES
Puzzella tiene toda una vida arriba de los patines y abajo del arco, también cuenta con varios retiros frustrados. Es que en el 2016 cuando jugaba en el SEC decidió retirarse por una lesión en su rodilla. Pero como no estaba convencido de despegarse de su pasión se operó y volvió un año después para jugar en Valenciano. Después se fue a la UVT y ganó la Liga. Volvió a retirarse porque pensó que la Liga era su sueño y ya estaba cumplido, pero al año siguiente sus amigos lo pusieron en la lista de buena fe de Concepción y como Conti Acevedo emigró a Portugal, tuvo que meterse obligado al arco. El regreso fue de la mejor manera porque con el Azul ganaron la Liga 2018 y se dio el gusto de jugar la Intercontinental con el Barcelona. Pero su carretel todavía tenía hilo y decidió volver para jugar un tiempo en la UVT y después emigrar al Médano hasta que llegó la pandemia. https://c74979ea8202891ee8b9f6d5d7435f3f.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html
Fue el parate pandémico el que lo hizo conocer a su otra gran pasión: las artes marciales mixtas. Es que si bien desde niño era hiperactivo y complementaba el hockey con otros deportes como básquet, karate y natación, con las artes marciales se apasionó. Comenzó con Gonzalo Aráoz su entrenador y dice que su estado físico actual es gracias a eso: «Me dio el estado físico que no lograba desde que estaba en Europa. Me aportó una condición aeróbica y velocidad que ayudó mucho para que este año confiara más en la posibilidad de estar a la altura físicamente», expresó.
«Capaz que cuando cuelgue los patines me ponga los guantes. Me gustaría meterme en un octágono y saber qué se siente esa experiencia adentro de la jaula»
¿Si encarará ese deporte después del hockey? El arquero no lo desestima. «Hoy me debo al SEC y quiero cumplir todos los objetivos que nos propusimos, cuando llegue diciembre analizaremos como seguimos. Capaz que cuando cuelgue los patines me ponga los guantes. Me gustaría meterme en un octágono y saber que se siente adentro de la jaula», comentó el arquero campeón sudamericano que sin dudas se tomó una revancha más que especial vistiendo la «celeste y blanca».
Fuente: Diario de Cuyo